Qué hacer en Milán (Italia) un fin de semana de dos o tres días

Milán fue el punto de partida de una escapada improvisada con mi chico. No es la ciudad más encantadora de Italia (y probablemente tampoco la más fácil de querer a primera vista), pero sí tiene su historia, su carácter y algunos rincones que merecen la pena descubrir con calma.

Es la capital económica del país, famosa por la moda, el diseño y por albergar una de las pinturas más conocidas del mundo: La última cena de Leonardo da Vinci. En este post te cuento lo que vimos, lo que nos sorprendió (para bien y para no tanto), y algunos consejos si estás pensando en incluir Milán en tu ruta italiana.

En cuánto al hospedaje, alójate en zonas como el centro histórico, cerca del Duomo, en Brera o cerca de la Porta Venezia. Son las zonas donde tienes más atractivos turísticos para visitar y que se te harán más cómodas para ir de un sitio a otro durante tu estancia de fin de semana en Milán.

Puesto que estarás en el centro, te recomiendo empezar visitando el Duomo di Milano. Puedes admirarlo por fuera gratuitamente o entrar dentro y maravillarte ante tal majestuosa catedral. ¡¡Te lo recomiendo muchísimo!! Aunque no seas religioso, fliparás al ver tanto detalle por dentro y por fuera, en especial en sus alturas. ¡¡La arquitectura que alberga es todo un arte!! Aquí te dejo el enlace para comprar entradas en la web oficial del Duomo di Milano. Que sepas, pero, que también puedes comprarlas ahí mismo en la taquilla. Aunque si las compras antes te ahorrarás hacer cola.

Además, a un lado de la plaza, está el Museo del Duomo, que también puedes visitar. Aunque si vas con el tiempo justo, mejor céntrate en la Catedral.

Pd: si quieres una cena romántica con vistas al Duomo en un restaurante elegante, ve al Ristorante Cracco. Casi lloro con lo bonito que es. Eso sí, es para ocasiones especiales. Prepara el cash. Y si quieres algo chill, métete en los callejones que está lleno de pizzerías donde comprar trozos de pizza al momento y también están buenísimas.

La Galería Vittorio Emanuele II, conocida como “el salón de Milán”, es una impresionante galería del siglo XIX con una cúpula de vidrio monumental y mosaicos elegantes que la convierten en un icono de la ciudad. Una de sus curiosidades más divertidas es la tradición de dar una vuelta completa sobre el talón en el toro del mosaico del suelo para atraer la buena suerte.

Además de su espectacular arquitectura, es famosa por albergar algunas de las boutiques más exclusivas de Milán, como Prada, Louis Vuitton o Gucci. Pasear por ella es como recorrer el centro comercial más elegante del mundo, donde el lujo convive con cafés históricos y escaparates impecables.

¿Perdón? ¿Lo bonito que es?

El Parque Sempione es el pulmón verde de Milán, un parque amplio y tranquilo situado justo detrás del Castello Sforzesco. Es perfecto para pasear entre estanques, caminos arbolados y vistas preciosas del Arco della Pace, convirtiéndolo en una de las zonas más agradables para desconectar en pleno centro de la ciudad. Píllate un café y tómatelo andando por sus caminitos o relajándote en uno de sus bancos mientras observas el panorama. Merece la pena.

En cuánto el castillo, que sepas que el mismísimo Leonardo da Vinci trabajó en él. Era íntimo amigo del famoso duque de Milán Ludovicio Sforza, conocido como Ludovicio il Moro. El castillo se construyó en el siglo XIX y a día de hoy es un icono cultural de todo Italia.

La Piazza degli Affari es famosa por albergar la Bolsa de Milán, la plaza donde se centra la economía de la ciudad, y por la icónica escultura “L.O.V.E.” de Maurizio Cattelan, una mano gigante con el dedo corazón levantado frente al edificio institucional. Este contraste entre arte provocador y arquitectura clásica la convierte en una parada curiosa y muy fotogénica en pleno centro financiero de la ciudad y del país.

Una de las iglesias más antiguas y emblemáticas de Milán, la Basílica de San Ambrosio, fundada en el siglo IV. Este templo, verdadero referente del arte paleocristiano y románico, es además el corazón espiritual de la ciudad, y nos permitirá viajar a la época en que Milán fue capital del Imperio Romano de Occidente bajo el emperador Teodosio.

A decir verdad, nosotros no la vimos. Pero, ¿cómo podría hacer un post de Milán sin mencionar la famosa pintura de la Última Cena de Leonardo da Vinci? Y es que déjame decirte algo si no quieres que te pase como a nosotros. Las entradas se tienen que reservar con meses de antelación. Sí, has leído bien, ¡¡meses!! Aquí te dejo el enlace a la web oficial para comprar las entradas para la última cena. ¡No te quedes sin!

¡¡Ayyyy esto sí que no puedes saltártelo!! El barrio de Navigli es una de las zonas más encantadoras de Milán, famoso por sus canales históricos, su ambiente bohemio y su vibrante vida nocturna. Pasear por sus orillas al atardecer es perfecto para descubrir cafés acogedores, galerías de arte y mercados locales en un entorno único y romántico.

Mi marido y yo comimos en el restaurante Osteria Cornuto. OMG, te lo recomiendo. Calidad-precio de 10. La foto del restaurante es de la Osteria.

También conocida como La Scala. ¿Sabías que fue el primer teatro del mundo en ser iluminado con luz eléctrica? En el año 1883 encendió nada más y nada menos que 2.450 bombillas. Ya solo por eso merece la pena visitarlo.

Su sala, decorada en rojo y oro, con una acústica famosa en todo el mundo, ha sido testigo de estrenos históricos de óperas de compositores como Giuseppe Verdi, y sigue siendo hoy una referencia mundial.

Aquí te dejo el link de la web oficial de La Scala para ver qué funciones tienen cuando estés por Milán 😉

A ver, esto es solo para los fans del fútbol. Si no lo eres, sáltate este punto. Pero… si sí que lo eres, ¡sigue leyendo!
Como ya sabrás, tanto el AC Milán como el Inter de Milán comparten estadios. Por lo que este, se convierte en todo un icono del deporte italiano.

Te dejo la web oficial del Estadio de San Siro para que puedas visitarlo por dentro, e ir también al Museo de San Siro y a la tienda oficial a comprarte una camiseta del equipo que más te guste.